Una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez en la vida es:
“¿Por qué es tan fácil acumular grasa y tan difícil perderla?”
Tardamos 5 minutos en comernos una cookie de chocolate, y para quemarla tenemos que correr más de 30.
¿Por qué?
Bueno, para entenderlo un poco mejor tenemos que retroceder hasta nuestros antepasados y de cómo funcionaba su organismo.
Tenemos que entender que antes la comida escaseaba.
Las condiciones eran más letales.
Y la supervivencia no era nada fácil.
Por tanto, nuestro organismo cuando recibía alimento, gestionaba muy bien su gasto porque no estaba seguro de cuándo volvería a recibirlo.
La grasa que obteníamos de los alimentos ingeridos era la energía para nuestro cerebro y aseguraba nuestra supervivencia.
Y, ¿quiénes sobrevivieron?
Pues, los que más grasa acumulaban.
Y nosotros somos los herederos de esos seres “más obesos”.
Si a eso le sumamos que tenemos un cerebro grande que consume un 20% de nuestra energía total y que durante miles de años ha aprendido mecanismos para evitar que perdamos grasa y asegurar que sigamos viviendo, la cosa se pone aún más difícil.
Estupendo, ¿entonces cuál es el camino más corto para deshacerse de esa grasa, entonces?
Hay que tener cuidado con los “caminos cortos” o “atajos”.
¿Por qué?
Porque conllevan un alto riesgo de tener unos efectos secundario perjudiciales para tu salud.
Todos conocemos a alguien que hizo la dienta a base de batidos, perdió 13 kilos en menos de 2 meses y acabó ganando 24.
Básicamente porque ese tipo de “dietas milagro”, o cualquier solución rápida, no es viable a largo plazo.
NADIE puede sobrevivir el resto de su vida bebiendo batidos.
El truco está en los hábitos.
Los hábitos son los que te acompañarán toda la vida asegurando que no solo NO recuperes tus kilos de grasa perdida, sino que te sientas y te veas cada vez mejor.
Hablemos de esos hábitos
Si tu objetivo es perder grasa y no sabes si empezar por una dieta o ejercicio, te aconsejamos lo siguiente:
Una sinergia de ambas te aportará los mejores resultados y de forma más rápida.
Ahora, hay que matizar tu punto de partida.
Si eres una persona con obesidad que no tiene hábitos de hacer ejercicio, lo más conveniente para empezar es un ajuste en tu dieta bajando tu ingesta de calorías y mejorar la calidad de los alimentos.
Recuerda, que los resultados a largo plazo son asegurados por tus hábitos, y te resultará más fácil bajar tus calorías comiendo mejor, que hacer demasiado deporte para quemar las que consumes.
Una vez hayas bajado tu consumo de calorías y estés acostumbrad@ a comer mejor, empieza con el ejercicio, de forma progresiva.
TIP: No te marques objetivos demasiado difíciles al principio. Si tus hábitos de comida no son muy saludables, no empieces por cambiar todos ellos de golpe. Empieza por hacer un desayuno más sano, cuando ya estés acostumbrado a ello, añade el almuerzo sano y luego la cena. Un cambio radical puede ser abrumador y es más fácil abandonar.
Por otro lado, si tu porcentaje de grasa corporal no es tan elevado, puedes empezar por el ejercicio físico moderado e ir aumentando la intensidad a medida que tu cuerpo y tu mente vayan adaptándose a ello.
También es necesario un ajuste de alimentación.
Tu alimentación tiene que estar basada en comida real principalmente.
No es necesario dietas estrictas ni muy restrictivas, porque recuerda, que tiene que ser algo que puedas sostener a largo plazo.
Quizás, puedas utilizar algún tipo de dieta de forma específica y siempre con consejos de un profesional para conseguir algún objetivo concreto, pero no debe ser para siempre.
Los 3 pilares fundamentales que debes tener en cuenta
Dos de estos son de los que ya hemos mencionado: alimentación y actividad física.
Pero hay un tercero, que es igual de importante.
El descanso y su calidad.
El descanso no solo consiste en dormir, sino también es desconectar, bajar los niveles de estrés y tener una tranquilidad mental.
Saber dedicar tiempo de calidad a ti mism@ y a tus seres queridos también es desconectar y aportar felicidad a tu vida.
TIP: Intenta desconectar de las pantallas al menos dos horas antes de irte a la cama. Dedica unos minutos a tomar el sol y un rato con tu familia y amigos y verás cómo empiezas a encontrarte mejor.
Por último y para concluir, debes evitar cometer los siguientes errores
Tips: los mejores ejercicios para quemar grasa corporal.
No te dejes seducir por aquello que te promete resultados rápidos porque aunque los consigas rápido, luego volverá con mayor agresividad y consecuencias fatales.
Céntrate en lo básico:
• Basa tu alimentación en comida real que te nutra y te dé energía para conseguir tus objetivos.
• Realiza actividad física de forma progresiva.
• Descansa y desconecta para recargar tu energía.
Esperemos que esto te ayude a empezar a tener una vida más saludable y sobre todo te motive a empezar.
Nosotros estamos aquí para ayudarte y darte el empujón que necesitas.
Contáctanos y te guiaremos por este increíble camino.
Tu transformación puede empezar HOY.